La calidad tiene variedades: la excelencia del café de Costa Rica puede disfrutarse de ocho formas distintas, pues son ocho las zonas productoras de café, cuyas características especiales son famosas en todo el mundo. Por lo privilegiado de su clima, este país puede producir diversidad para satisfacer todos los gustos.
En Costa Rica, la precipitación y la humedad relativa, al igual que la temperatura tienden a disminuir con la elevación, aunque también hay diferencias importantes entre vertientes. La altitud está relacionada con factores climáticos y, en conjunto, afecta el tamaño y la dureza de la semilla e influye, además, en ciertos componentes de la calidad de la bebida, especialmente con la acidez. A estos elementos se unen las características de la clase Arábiga, que ofrece una bebida aromática, delicada y de buen sabor.
Las ocho regiones de productividad están distribuidas entre las zonas bajas –a menos de mil metros, donde el café es más liviano–, y las zonas altas, arriba de 1.200 metros, de origen volcánico, donde el café es más fuerte o más ácido y también más aromático. Cada región de Costa Rica ha coincidido en la firma de un Convenio de Mejoramiento de la Calidad*, en el cual, los propietarios de los beneficios se han comprometido a producir la mejor calidad de café, al recibir solamente la fruta madura, que garantice que será beneficiado solo lo mejor.